La inspección a gas es obligatoria en nuestro país. Esto incluye artefactos y conductos de evacuación de gases en las viviendas, especialmente en los edificios.
Pese a que existe esta normativa, hay algunos edificios que se exponen a sanciones o multas por no cumplirlas.
Cifras alertan por la cantidad de sellos rojos y amarillos
La inspección se debe realizar cada dos años y después de hecha se le entrega al edificio el Sello Verde, si las instalaciones están en buen estado; amarillo, si se requieren reparaciones porque hay riesgos de mediana envergadura, y rojo, si están defectuosas. Estas fiscalizaciones las hacen empresas que deben estar autorizadas por la Superintendencia de Electricidad y Combustibles
En octubre de 2021 un artículo del diario El Mercurio informó que sólo en la “Región Metropolitana hay 766 edificios de departamentos que tienen sello rojo, a los que se suman otros 992 con sello amarillo, lo que representa el 36% de las 4.895 edificaciones sometidas al proceso de certificación de las instalaciones de gas. El resto, es decir, 3.137, tienen el sello verde que asegura la buena calidad de sus instalaciones”.
Política de seguridad de una instalación a gas
“La definición que tenemos de la política, más que andar sancionando, es a través de la instalación a gas. Es ahí donde el Estado, a través de la supervisión, les indica a los propietarios la condición de su instalación a gas. Esto significa que queda en manos de las personas, de los propietarios, el administrar la seguridad de su instalación a gas, desde el medidor hacia adentro de la casa”, explica el superintendente de Electricidad y Combustibles, Luis Ávila.
La autoridad asegura que “en las instalaciones nuevas que tenemos en el país, la certificación se da en el 100%, porque todas nacen con un sello verde”, esto porque se construyen considerando los parámetros que exige la regulación y que luego se miden en las inspecciones.
El problema lo tienen las edificaciones construidas antes de 1999, pues no existía esta fiscalización y, hay casos, en que para obtenerlas necesitan hacer reparaciones a todo el inmueble que son costosas. Sin embargo, corren el riesgo permanente de las fugas de gases que podrían hasta ser mortales.